La conciencia

El bien y la verdad que fluyen desde el Señor activan (…) la conciencia [interior]. (. . .) La conciencia exterior es activada por lo que es [moral y cívicamente] justo y equitativo. (. . .) También hay un plano más exterior aún (…) que se manifiesta como conciencia pero que no lo es; haciendo lo que es justo y equitativo por amor de sí mismo y del mundo (. . .) [o] por la ambición de recibir honores y fama (…) [no puede ser considerado una forma auténtica de conciencia]. Estos tres planos (…) gobiernan al hombre. (…) Mediante el plano interior el Señor gobierna en los que han sido regenerados. Mediante el plano exterior (. . .) el Señor gobierna en los que no han sido regenerados todavía pero están en el proceso de serlo, si no en la vida en el cuerpo, por lo menos en la otra vida. Mediante el plano más exterior, que [solamente] tiene la apariencia de ser conciencia, pero no lo es (…) el Señor gobierna sobre los demás, aun los más perversos. Sin la restricción de este plano los malvados se arrojarían a toda clase de acciones perversas y locas. (AC4167)

El hombre regenerado posee gozo cuando actúa según los dictados de su conciencia, pero experimenta ansiedad cuando se lo ha forzado a pensar o actuar de algún modo contrario a ella. No ocurre de este modo con los no regenerados, porque hay muchos entre éstos que no saben qué cosa puede ser la conciencia, y menos idea aún tienen de qué puede significar hacer algo que es o bien conforme o contrario a ella, sino únicamente lo que es hacer aquellas cosas que favorecen sus amores. Esto es lo que les produce gozo, y cuando hacen lo que es contrario a sus amores experimentan ansiedad. En el hombre regenerado hay una nueva voluntad y una nueva comprensión, y esta nueva voluntad y nueva comprensión son su conciencia. (…) A través de ésta el Señor opera el bien de la caridad, de la verdad y de la fe. El hombre no regenerado no posee voluntad, sino (…) apetitos, y una consiguiente proclividad a toda forma de mal. Ni posee comprensión, sin el simple razonamiento y la consiguiente tendencia a toda suerte de falsedad. El hombre que tiene conciencia posee la vida celestial y espiritual. El hombre que no tiene conciencia posee solamente la vida corporal y mundanal. (…) (AC 977)


Category: Temas Espirituales

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