LA VIDA DESPUÉS DE LA MUERTE

Swedenborg ofrece muchísimos detalles específicos sobre el cielo y el infierno. Nos cuenta:

  • como atravesamos la barrera de la muerte;
  • como nos despertamos en el mundo espiritual;
  • como nos encontramos con viejos y nuevos amigos;
  • como hallamos el camino hacia el cielo y lo que hacemos cuando llegamos allá;
  • como parecemos; donde vivimos; como vivimos y lo que hacemos.

¿Qué ocurre cuando morimos?

Las Escrituras de la Nueva Iglesia quitan el temor a la muerte. Describen el proceso de la muerte y lo que ocurre a medida que partimos de este mundo y entramos en el próximo.

Cuando una persona está para morir, se acercan a ella unos ángeles que son muy benévolos y que la ayudan a entrar en un estado muy tranquilo. Se quedan a su lado durante todo su traslado de este mundo al próximo. (Un poquito de este delicado fenómeno ha sido anotado hoy en día por individuos que han sufrido experiencias que los llevaron a un punto muy cerca de la muerte.)

Entonces la persona recién llegada aparece en el mundo espiritual en su nuevo cuerpo espiritual. Por más o menos tres días, está profundamente dormida y después va lentamente despertándose. Al principio le parece que todavía está en este mundo material (físico) y cuando le dicen donde está, lo hacen de una manera muy sensible a fin de que la información no la asuste.

¿Cómo va a ser la vida más allá de la muerte?

Es el mismo Señor que creó ambos mundos, tanto el cielo como la tierra, por eso parece razonable que el diseño de los dos sea parecido. En el mundo espiritual se ven vistas exactamente como las de este mundo. Hay montañas, valles, ríos, gente, animales, pájaros y peces.

La gente de ese mundo se asemeja a la gente de este mundo. Tiene cuerpos similares, pero éstos son espirituales y por eso más perfectos y perpetuos. Todas las cosas de ese mundo son creadas instantáneamente por el Señor para que estén en armonía con los amores interiores de la gente allá.

¿Está el individuo ya en el cielo cuando se despierta después de la muerte?

No. Las Escrituras enseñan que todo el mundo que entra en el otro mundo se despierta al principio en un lugar que está ubicado a media distancia entre el cielo y el infierno llamado «el mundo de los espíritus». Allá empezamos nuestro último viaje hacia el lugar donde viviremos hasta la eternidad.

La mayoría de la gente necesita alguna preparación o para el cielo o para el infierno. El Señor nos guía muy delicadamente por etapas en el mundo de los espíritus hasta que nosotros mismos reconozcamos el lugar donde queremos vivir.

¿Quiénes van al cielo y quiénes van al infierno?

Van al cielo todos los que se esfuerzan sinceramente en hacer lo que creen justo.

En el mundo de los espíritus se nos permite escoger el cielo o el infierno, pero la selección que hacemos será determinada por lo que hemos llegado a ser aquí en la tierra. Si hemos escogido consistemente lo malo en la tierra, seguiremos escogiéndolo en el otro mundo. Si hemos tratado de llevar una vida buena en la tierra, entonces esa selección será confirmada en el otro mundo y seremos guiados al cielo.

¿Cómo es posible que Swedenborg sepa todas estas cosas sobre la vida después de la muerte?

Swedenborg enseñó que somos seres dobles. Tenemos un cuerpo que es natural consistiendo en elementos de este mundo; pero nuestra mente es espiritual, y es la misma mente que tenemos aquí la que se despierta en el mundo espiritual. Aunque vivimos y estamos conscientes en este mundo, nuestro espíritu está compuesto de las cosas del otro mundo y está allá donde ella se establece después de la muerte.

Al Señor le es posible abrir nuestros ojos espirituales para que tengamos visión adaptada al mundo espiritual. Eso se produjo en el caso de Swedenborg a fin de que él viera lo que estaba en ese mundo, y para que se lo comunicara a la gente de este mundo. Otros sí recibieron esta visión espiritual —Abrahán, Gedeón, los discípulos—pero ninguno tan llena ni tan completamente como Swedenborg! Este es uno de los aspectos más importantes de la nueva revelación. Únicamente las Escrituras nos dan una descripción definitiva del cielo y del infierno.

¿Qué enseñan las Escrituras acerca del cielo?

Muchísimo. Nos hablan claramente del Señor del cielo; de la esencia del cielo que es el amor que proviene de Él; y de la paz que se halla allí. Nos describen las viviendas y los jardines, y nos habilitan a imaginar como es la vida cotidiana allá, desde el despertar tranquilo en la madrugada hasta el momento cuando el ser celestial se hunde en un sueño satisfactorio en un mundo donde el sol nunca se oculta.

Nos hablan de la actividad del cielo. Los seres allá llevan una vida útil ayudando a otros a alcanzar la felicidad que ellos mismos han encontrado. El amor no es pasivo; sin la labor del amor aun el paraíso podría ser aburrido.

Hay muchísimo más que pinta una imagen del mundo perfecto que el Dios Poderoso ha hecho para Sus hijos,

MÁS SELECCIONES DE LAS ESCRITURAS

«Cada persona fue creada de tal manera, respecto a la parte más interna de su ser, que no puede morir porque puede creer en Dios, también amar a Dios, y puede, por consiguiente, estar en conjunción con Dios por la fe y el amor; y estar en unión con Dios es vivir hasta la eternidad.» —Arcana Coelestia (Arcanos Celestiales), número 10591.

«Después de la muerte del cuerpo, el espíritu de la persona aparece en el mundo espiritual en una forma humana, completamente como parecía en el mundo natural.»
—Arcana Coelestia (Arcanos Celestiales), número 10594.

«Se dice que un individuo ha muerto; pero en realidad no ha muerto; solamente ha sido separado del cuerpo material que le había servido para uso en el mundo, pero que ya no puede serle de ninguna utilidad; porque el individuo mismo vive. Se dice que está vivo porque un ser humano no es una persona a causa de la existencia de su cuerpo sino a causa de poseer un espíritu; porque es el espíritu que piensa dentro de una persona. Por consiguiente cuando muere un individuo, simplemente pasa de un mundo a otro.»
—Heaven and Hell (El Cielo y El Infierno), número 445.

«Todo el mundo es creado a fin de poder vivir para siempre en un estado de felicidad. Esto sigue como consecuencia porque el Señor, que desea que cada persona viva por siempre, desea también que cada persona viva en un estado de felicidad. ¿Cómo sería la vida eterna sin eso?…. Este estado de cada vida individual es la meta de la creación.» —Divine Providence (La Providencia Divina), número 324.


Category: Preguntas

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